Por: ABCcórdoba
María Auxiliadora volvió este sábado a su santuario luciendo su forma original. El trabajo que han desarrollado los imagineros cordobeses Juan Jiménez y Pablo Porras deja a la imagen tal y como se concibió en 1908, antes de la restauración que hizo Juan Martínez Cerrillo en los años 60.
La «profunda intervención», en palabras de sus restauradores, ha subsanado los «graves problemas estructurales y recuperado la impronta y clasicista estética de la imagen», de común acuerdo con la Asociación Salesiana.
La Virgen regresó portada en andas de forma solemne durante un traslado público realizado entre la parroquia de San Lorenzo y su santuario, donde permanece ya para ser venerada durante todo el domingo 24 de abril (entre las 9.30 y las 20.30 horas).
Policromía original
María Auxiliadora ha estado lejos de los suyos desde el 11 de julio de 2021, cuando se retiró del culto tras una veneración y una misa de despedida.
Con la información recogida en los estudios previos, y de acuerdo con la Asociación Salesiana, Jiménez y Porras efectuaron una «intervención integral de conservación-restauración en el soporte de madera y una recreación de las policromías originales basada en las fotos y testimonios conservados».
Así, con estas labores en el taller de Jiménez y Porras se lleva a la imagen al estado anterior de la intervención de Juan Martínez Cerrillo «para dotar a la imagen de un aspecto lo más cercano a su concepción original, tal como atestiguan fondos fotográficos de la primera mitad del siglo XX».
Esta sagrada imagen, obra de los Talleres Salesianos de Barcelona-Sarriá, se bendijo el 25 de marzo de 1908 y fue coronada canónicamente en el año 2009. En 1913 se fundó la archicofradía de María Auxiliadora de Córdoba.
El encargo de restaurar a María Auxiliadora se les encomendó en el año 2020 y lo que comenzó como restauración terminó siendo una profunda intervención.
En agosto de 2021 iniciaron los primeros estudios, un examen radiológico detallado en el Hospital Quirónsalud y una valoración del estado de conservación de la imagen.
Estos análisis determinaron que María Auxiliadora se encontraba en un «delicado estado»: a simple vista presentaba numerosas grietas que «podían comprometer la estabilidad estructural de la obra haciendo peligroso incluso el hecho de poder procesionarla», según explican estos especialistas en un comunicado.
Las policromías y los estofados presentaban pérdidas por desprendimiento de la capa pictórica. La madera presentaba fisuras internas entre los embonos de las tablas que componen la imagen.
Las catas demostraron que sólo quedaba la policromía que aplicó Martínez Cerrillo en los años 60. El taller de Jiménez y Porras ha contado también con la colaboración de profesionales de otras disciplinas: de la carpintería, ferrallista y dorado.