La vigésimo octava edición de la Carrera Popular de María Auxiliadora convirtió en patio del colegio en un hervidero de atletas. La mayoría de ellos portaba una camiseta con dedicatoria al añorado dirigente al que se homenajeaba ayer: "Va por ti, Kiko". La prueba reina dio comienzo a las 9 en punto de la mañana. Desde el mismo punto de salida, Rafael Bermúdez planteó la batalla a todos sus rivales. Bruno Márquez, del Asportec, fue el que tiró junto al del Trotacalles. Por detrás se encontraban José Carlos Rejón, del Diputación, Juanma Luque y Álvaro González, todos en un pañuelo tras el líder de
la carrera.La llegada al kilómetro tres de carrera fue el detonante para los dos de cabeza, ya que Márquez y Bermúdez optaron por dar un zarpazo y marcharse en solitario al segundo sector de la prueba. Bermúdez, por delante, y Bruno Márquez, a un metro, empezaron una lucha encarnizada que los llevó a lo largo de los últimos cuatro kilómetros a pelear por el triunfo. En los últimos quinientos metros, Rafa Bermúdez realizó un cambio de ritmo y consiguió despegar unos metros más a su rival, plantándose en la línea de meta como ganador absoluto. Con esta victoria ya acumula cinco en lo que va de temporada. Bermúdez entró en meta con un tiempo de 20.19, seguido de Bruno Márquez, con 20.23, y en tercera posición entró José Carlos Rejón, algo más rezagado, con 20.50. "Bruno me ha puesto las cosas difíciles, porque estaba cansado después de la prueba del día uno en Baena, pero al final pude ganar. Fue una carrera bastante bonita", declaró Bermúdez
.La prueba femenina fue un paseo para la veterana Belén Castilla, que solamente anduvo unos metros con Miguela Cerro. A partir del primer kilómetro, se marchó escoltada por un grupo de hombres que le dieron compañía a lo largo de casi todo el recorrido, plantándose en la línea de meta con un tiempo de 26.27. La segunda plaza tampoco estuvo disputada, ya que Miguela Cerro fue en solitario hasta la meta.
El colofón a la jornada atlética lo pusieron las pruebas de categorías inferiores, que contaron con la participación de más de medio millar de chavales, la mayor parte de ellos alumnos del colegio, que dieron un colorido especial con sus ganas de agradar. Un gran perol sirvió como fin de fiesta a una jornada lúdico deportiva que estuvo impecablemente organizada, en un día en el que todos los responsables de coordinar la carrera pusieron los cinco sentidos.