El Carisma de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca gira en torno al cuarto voto que profesamos junto con los de Castidad, Pobreza y Obediencia. Se trata de la asistencia a los enfermos incurables y a los más necesitados. En un ambiente familiar, de cercanía y convivencia fraterna entre Hermanos, asistidos y voluntarios, los Hermanos gozamos de la inmensa gracia de poder asistir al mismo Dios encarnado en todos los hombres pero especialmente en los más enfermos. Comunidades reducidas de Hermanos y un número no muy elevado de asistidos, hace posible que en nuestras "Casas Familiares" se viva un ambiente de familia, donde las vivencias en el día a día son muy cercanas e intensas. El Hermano Franciscano de Cruz Blanca no es sólo una persona consagrada que atiende a los enfermos y pobres en sus necesidades materiales más básicas. El verdadero Franciscano de Cruz Blanca, siguiendo los pasos de nuestro Fundador, el Hermano lsidoro, vive al lado del asistido, estando y siendo, dando y recibiendo. La presencia cercana, el trato cariñoso, los gestos de amor fraternal, deben jalonar nuestra vida de consagrados para el Reino sirviendo a los que hoy nadie quiere: disminuidos físicos y psíquicos, enfermos terminales, inmigrantes, ancianos, enfermos de SIDA, alcohólicos o transeúnte
Confirmaciones 2020
42 jóvenes, la mayoría de los grupos Cristo Vive, recibieron el don del Espíritu Santo de manos...