Desde primera hora de la mañana, cientos de jóvenes comenzaron a llegar al entorno de la Calahorra dispuestos a participar en la gran cita de la Escuela Católica. Una jornada que consiguió reunir a más de 2.500 escolares y profesores, y que comenzaba con una marcha desde el Puente Romano hacia la Catedral. Portando diversas pancartas con el nombre de sus centros y su ideario, y acompañados por el Obispo, los alumnos se adentraron en las naves de la Mezquita-Catedral para celebrar la eucaristía junto al pastor de la Diócesis.
En su homilía, el Obispo aseguraba a todos los alumnos allí presentes que son unos privilegiados, puesto que al frente de cada uno hay profesores e instalaciones para aprender a ser mejores cristianos y mejores ciudadanos.
También, Don Demetrio Fernández pedía públicamente un respeto a la libertad de elegir la enseñanza y el colegio de los hijos. “Decid a la sociedad que estamos contentos en nuestros centros y que no queremos que desaparezcan. No pedimos privilegios, pedimos libertad para que los padres puedan elegir dónde quieran que estudien sus hijos y que no nos recorten la libertad y el funcionamiento de la enseñanza católica”, aclamaba.
Finalmente, se dirigió a los alumnos para invitarles a rezar diariamente y a encomendarse a nuestra Madre del cielo, la Virgen María.
Tras la eucaristía, la jornada continuaba en el Patio de los Naranjos, donde los jóvenes disfrutaron de un concierto y de numerosas actividades organizadas para ellos.