Si abrirse camino en el mercado laboral es difícil para cualquier joven, más lo es para aquellos que no cuentan con una familia. Los que que salen con 18 años de uno de los centros de menores tutelados por la Junta y que los acoge la Fundación Don Bosco para guiarles en una nueva vida en solitario. Esta organización de la comunidad salesiana cordobesa cuenta en el ámbito territoral sur con varios proyectos de carácter residencial, socioeductaivo y de inserción sociolaboral. La directora territorial en Córdoba de la Fundación Don Bosco, Antonia Moriana, detalla a ABC que uno de los programas estrella es el proyecto «Buzzetti», destinado a mayores de 18 años que han sido tutelados y que «al salir del centro de menores no tienen un soporte que les haga vivir con dignidad».
Con ellos se realiza un trabajo integral que «va desde la formación, a la salud o la vivienda de cara al uso de otros recursos de la ciudad», comenta Moriana.
Se trata en su mayoría de chicos muy jóvenes que salen a la calle sin nada, sonen muchos casos inmigrantes pero también son nacionales. En este proyecto han participado este año una veintena de chavales que se vienen a sumar a otros 40 desde que el proyecto se puso en marcha en 2012. En este trabajo se adoptan diferentes fórmulas, desde una casa con cinco plazas en colaboración con Cáritas y los Jesuitas, a su integración en pisos compartidos, los albergues u otros recursos de la ciudad. Moriana explica que de forma personalizada a estos jóvenes se les busca formación básica, intentando que hagan prácticas profesionales de empresa, ya que es uno de los pasos que les cuesta más trabajo, formando parte, en ocasiones, de empresas con carácter social como Solemncor (recogida de papel en Cáritas).
En esta misma línea, Don Bosco mantiene varios de estos proyectos en Córdoba, como la casa de 24 plazas para menores que están tutelados por la Junta de Andalucía. En este caso, la fundación salesiana ha implantado un innovador sistema de trabajo en grupo que pretende «darle una alternativa similar a un hogar a los niños que están retirados de sus familias». En esta casa conviven niños desde los 8 a los 17 años. Sin embargo, uno de los pasos más importantes para una persona es de la edad adulta. En este escalón se encuentran los proyectos de inserción sociolaboral, formación prelaboral, laboral así como prácticas profesiones, con intermediación con empresas. En este apartado cuentan con colaboraciones del SAE, el proyecto EPES (Experiencias Profesionales para el Empleo) e «Incoropora Joven». Según explica Moriana, «desde la fundación trabajamos no sólamente lo que es la orientación sino todo el ámbito personal para que estos chavales puedan volver a retomar sus estudios o realicen prácticas profesionales, trabajando con ellos sus habilidades personales que permitan abrirse paso».