Como cada 24 de mayo, la familia salesiana se viste de fiesta. A lo largo de todo el día, rindieron, con distintos actos, homenaje a su patrona y protectora, María Auxiliadora.
Un especial día que la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos eligió para ver cumplido uno de sus anhelos, un monumento en la ciudad a Don Bosco, fundador de la comunidad salesiana. El acto de inauguración tuvo lugar por la mañana presidido por el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, quien descubrió la escultura situada en el entorno del colegio, concretamente en la confluencia de las calles San Francisco de Sales, Antón de Montoro y Kiko Pastor.
Pero como cada año, el punto álgido de la celebración tuvo lugar por la tarde noche, con la tradicional eucaristía y procesión de María Auxiliadora.
La solemne eucaristía, celebrada en el patio del colegio salesiano, estuvo presidida por el vicario general de la diócesis, Francisco Orozco, quien en su homilía animó a los cientos de fieles que se congregaron "a llevar siempre a María en sus vidas".
Pasadas las nueve de la noche comenzaba a organizarse la tradicional procesión que cada año pone fin a los actos en honor a la Virgen Salesiana.
De este modo, la comitiva se fue formando dentro del patio del colegio, desde donde, poco a poco, fue saliendo el joven cortejo que acompañaba al paso de San Juan Bosco, donde se pudo ver la mano de la hermandad del Prendimiento. Don Bosco contó con el acompañamiento de la joven formación musical de la hermandad cordobesa de la Sagrada Cena. Poco después, llegaba la parihuela con la imagen de Santo Domingo Savio, mientras que a lo lejos se vislumbraba el dorado paso de María Auxiliadora exornado con clavel blanco y una pincelada de flores en color rosa.
Fue este el momento en el que un fuerte aplauso brotó de los cientos de fieles que contemplaban la comitiva, y que se fundió con los sones de la banda Municipal de El Carpio, quien musicalmente acompañó el caminar de María Auxiliadora por las calles del barrio de San Lorenzo.