El colegio salesiano San Francisco de Sales se ha convertido en todo un referente en la capital en lo que a educación se refiere, asílo avalan los más de 100 años de vida de este centro en CördonaCórdoba, concretamente, el centro abrió sus puertas en 1901 y desde entonces se ha erigido como un ejemplo en la enseñanza.El director de este centro, Diego Molina Aguilera, describe la filosofía del colegio como “un lugar para formar a la persona en todas las dimensiones”, a lo que añade que esta formación transciende los muros propios de los apuntes y los libros, ya que “tratamos de que la escuela ayude a todos los alumnos a descubrir y potenciar sus apacidades, a desarrollar un sentido ético y trascendente desde la perspectiva del mensaje de Jesucristo”, afirma.
Entre los distintos argumentos que hacen que las familias cordobesas se decidan por la pedagogía de este centro, el director señala que “la mayoría de nuestros padres han comprobado que para nosotros sus hijos son el centro de toda nuestra labor y que tratamos de ayudarles a cada uno a que alcancen las cotas más altas dentro de su particular proceso de crecimiento y maduración”.
El director informa de que “nuestro objetivo es que el alumno sea el protagonista y responsable de su propio proceso educativo”.
Y es que el reconocimiento e impulso de los valores de cada menor es una de las principales
misiones del equipo docente, ya que “acogemos a cada alumno tal y como es”, a lo que añade que en dicha faceta no sólo entran en juego las horas lectivas, sino el resto de actividades formativas que se llevan a cabo fuera del horario de clase, como es el caso del deporte, el teatro o la música.
Sin lugar a dudas el aspecto religioso es un ámbito que predomina en el sistema educativo de
este centro; de hecho, el director explica que “promovemos este tipo de profundización a través de catequesis y la participación en grupos de fe que favorecen el encuentro
con Jesucristo y dan consistencia al sentido de la propia existencia “, a lo que añade
que toda la comunidad relacionada con el centro educativo está implicada con el Proyecto
Educativo-Pastoral del centro, basado en “el dialogo sereno y constructivo sobre el contenido
del trabajo”.
A pesar de toda la labor que puede llevar a cabo el colegio salesiano de la capital, el director
señala que un porcentaje muy importante es la formación y madurez del alumno, ya que “es el
principal responsable de la educación del menor”. Para ello, el colegio ofrece una relación de
“complementariedad” entre el centro y la familia del estudiante a través de una comunicación telemática entre ambas partes. Incluso, el centro ofrece otros tipos de servicios para facilitar el día a día de los padres, como es el caso del comedor o el aula matutina.
La labor de los nueve religiosos y 80 profesores del centro se ha visto recompensada con una
creciente demanda de plazas por parte de las familias cordobesas.
Este aspecto se ha visto reflejado en el número total de alumnos que aprenden en sus aulas, concretamente cerca de 1.250 estudiantes se forman este curso en el colegio cordobés. En cuanto a los niveles educativos, el centro –del que es titular la congregación
salesiana– dispone desde infantil de tres, cuatro y cinco años hasta bachillerato; pasando por Primaria y Secundaria.
Además también cuenta con un aula compensatoria donde se imparte educación especial a 13
alumnos.
De otra parte, dentro de la oferta formativa del centro, la persona que lo desee puede matricularse en el ciclo formativo de grado medio en gestión administrativa o en el ciclo formativo de grado medio de comercio y marketing. En ambos estudios, una treintena de jóvenes están aumentando sus conocimientos en unas áreas muy demandadas en la actualidad.
En cuanto al perfil del alumno, el director del centro destaca la amplia variedad de jóvenes que
estudian en sus aulas, ya que se trata de un colegio “abierto a todas las clases sociales, dando
preferencia a los más necesitados”.
De hecho, destaca que “pretendemos que se relacionen con el entorno, indistintamente
de su situación, para ello está en nuestras manos ponerles a su disposición tanto personas como locales, organizando servicios de promoción y actividades abiertas a todos
El colegio salesiano San Francisco de Sales se ha convertido en todo un referente en la capital en lo que a educación se refiere, asílo avalan los más de 100 años de vida de este centro en CördonaCórdoba,
concretamente, el centro abrió sus puertas en 1901 y desde entonces se ha erigido como un
ejemplo en la enseñanza.El director de este centro, Diego Molina Aguilera, describe la
filosofía del colegio como “un lugar para formar a la persona en todas las dimensiones”, a lo que añade que esta formación transciende los muros propios de los apuntes y los libros, ya que “tratamos de que la escuela ayude a todos los alumnos a descubrir y potenciar sus apacidades, a desarrollar
un sentido ético y trascendente desde la perspectiva del mensaje de Jesucristo”, afirma.
Entre los distintos argumentos que hacen que las familias cordobesas se decidan por la pedagogía de este centro, el director señala que “la mayoría de nuestros padres han comprobado que para nosotros sus hijos son el centro de toda nuestra labor y que tratamos de ayudarles a cada uno a que alcancen las cotas más altas dentro de su particular proceso de crecimiento y maduración”.
El director informa de que “nuestro objetivo es que el alumno sea el protagonista y responsable de su propio proceso educativo”.
Y es que el reconocimiento e impulso de los valores de cada menor es una de las principales
misiones del equipo docente, ya que “acogemos a cada alumno tal y como es”, a lo que añade que en dicha faceta no sólo entran en juego las horas lectivas, sino el resto de actividades formativas que se llevan a cabo fuera del horario de clase, como es el caso del deporte, el teatro o la música.
Sin lugar a dudas el aspecto religioso es un ámbito que predomina en el sistema educativo de
este centro; de hecho, el director explica que “promovemos este tipo de profundización a través de catequesis y la participación en grupos de fe que favorecen el encuentro
con Jesucristo y dan consistencia al sentido de la propia existencia “, a lo que añade
que toda la comunidad relacionada con el centro educativo está implicada con el Proyecto
Educativo-Pastoral del centro, basado en “el dialogo sereno y constructivo sobre el contenido
del trabajo”.
A pesar de toda la labor que puede llevar a cabo el colegio salesiano de la capital, el director
señala que un porcentaje muy importante es la formación y madurez del alumno, ya que “es el
principal responsable de la educación del menor”. Para ello, el colegio ofrece una relación de
“complementariedad” entre el centro y la familia del estudiante a través de una comunicación telemática entre ambas partes. Incluso, el centro ofrece otros tipos de servicios para facilitar el día a día de los padres, como es el caso del comedor o el aula matutina.
La labor de los nueve religiosos y 80 profesores del centro se ha visto recompensada con una
creciente demanda de plazas por parte de las familias cordobesas.
Este aspecto se ha visto reflejado en el número total de alumnos que aprenden en sus aulas, concretamente cerca de 1.250 estudiantes se forman este curso en el colegio cordobés. En cuanto a los niveles educativos, el centro –del que es titular la congregación
salesiana– dispone desde infantil de tres, cuatro y cinco años hasta bachillerato; pasando por Primaria y Secundaria.
Además también cuenta con un aula compensatoria donde se imparte educación especial a 13
alumnos.
De otra parte, dentro de la oferta formativa del centro, la persona que lo desee puede matricularse en el ciclo formativo de grado medio en gestión administrativa o en el ciclo formativo de grado medio de comercio y marketing. En ambos estudios, una treintena de jóvenes están aumentando sus conocimientos en unas áreas muy demandadas en la actualidad.
En cuanto al perfil del alumno, el director del centro destaca la amplia variedad de jóvenes que
estudian en sus aulas, ya que se trata de un colegio “abierto a todas las clases sociales, dando
preferencia a los más necesitados”.
De hecho, destaca que “pretendemos que se relacionen con el entorno, indistintamente
de su situación, para ello está en nuestras manos ponerles a su disposición tanto personas como locales, organizando servicios de promoción y actividades abiertas a todos
El colegio salesiano San Francisco de Sales se ha convertido en todo un referente en la capital en lo que a educación se refiere, asílo avalan los más de 100 años de vida de este centro en CördonaCórdoba,
concretamente, el centro abrió sus puertas en 1901 y desde entonces se ha erigido como un
ejemplo en la enseñanza.El director de este centro, Diego Molina Aguilera, describe la
filosofía del colegio como “un lugar para formar a la persona en todas las dimensiones”, a lo que añade que esta formación transciende los muros propios de los apuntes y los libros, ya que “tratamos de que la escuela ayude a todos los alumnos a descubrir y potenciar sus apacidades, a desarrollar
un sentido ético y trascendente desde la perspectiva del mensaje de Jesucristo”, afirma.
Entre los distintos argumentos que hacen que las familias cordobesas se decidan por la pedagogía de este centro, el director señala que “la mayoría de nuestros padres han comprobado que para nosotros sus hijos son el centro de toda nuestra labor y que tratamos de ayudarles a cada uno a que alcancen las cotas más altas dentro de su particular proceso de crecimiento y maduración”.
El director informa de que “nuestro objetivo es que el alumno sea el protagonista y responsable de su propio proceso educativo”.
Y es que el reconocimiento e impulso de los valores de cada menor es una de las principales
misiones del equipo docente, ya que “acogemos a cada alumno tal y como es”, a lo que añade que en dicha faceta no sólo entran en juego las horas lectivas, sino el resto de actividades formativas que se llevan a cabo fuera del horario de clase, como es el caso del deporte, el teatro o la música.
Sin lugar a dudas el aspecto religioso es un ámbito que predomina en el sistema educativo de
este centro; de hecho, el director explica que “promovemos este tipo de profundización a través de catequesis y la participación en grupos de fe que favorecen el encuentro
con Jesucristo y dan consistencia al sentido de la propia existencia “, a lo que añade
que toda la comunidad relacionada con el centro educativo está implicada con el Proyecto
Educativo-Pastoral del centro, basado en “el dialogo sereno y constructivo sobre el contenido
del trabajo”.
A pesar de toda la labor que puede llevar a cabo el colegio salesiano de la capital, el director
señala que un porcentaje muy importante es la formación y madurez del alumno, ya que “es el
principal responsable de la educación del menor”. Para ello, el colegio ofrece una relación de
“complementariedad” entre el centro y la familia del estudiante a través de una comunicación telemática entre ambas partes. Incluso, el centro ofrece otros tipos de servicios para facilitar el día a día de los padres, como es el caso del comedor o el aula matutina.
La labor de los nueve religiosos y 80 profesores del centro se ha visto recompensada con una
creciente demanda de plazas por parte de las familias cordobesas.
Este aspecto se ha visto reflejado en el número total de alumnos que aprenden en sus aulas, concretamente cerca de 1.250 estudiantes se forman este curso en el colegio cordobés. En cuanto a los niveles educativos, el centro –del que es titular la congregación
salesiana– dispone desde infantil de tres, cuatro y cinco años hasta bachillerato; pasando por Primaria y Secundaria.
Además también cuenta con un aula compensatoria donde se imparte educación especial a 13
alumnos.
De otra parte, dentro de la oferta formativa del centro, la persona que lo desee puede matricularse en el ciclo formativo de grado medio en gestión administrativa o en el ciclo formativo de grado medio de comercio y marketing. En ambos estudios, una treintena de jóvenes están aumentando sus conocimientos en unas áreas muy demandadas en la actualidad.
En cuanto al perfil del alumno, el director del centro destaca la amplia variedad de jóvenes que
estudian en sus aulas, ya que se trata de un colegio “abierto a todas las clases sociales, dando
preferencia a los más necesitados”.
De hecho, destaca que “pretendemos que se relacionen con el entorno, indistintamente de su situación, para ello está en nuestras manos ponerles a su disposición tanto personas como locales, organizando servicios de promoción y actividades abiertas a todos