mediodía de hoy, 2 de marzo, ha fallecido el salesiano sacerdote don Antonio Ferrete Carrasco, en la comunidad salesiana Pedro Ricaldone, de Sevilla. Había sido trasladado allí, desde Córdoba, a causa del agravamiento repentino de su estado, desde hacía pocos días. Un reconocimiento médico, en los días previos de internamiento en el Hospital Provincial de Córdoba por otras causas, había descubierto un extendido proceso cancerígeno, de difícil tratamiento, dada la avanzada edad del enfermo: acababa de cumplir, el 13 de febrero, 88 años de edad.
Don Antonio Ferrete había nacido en Morón de la Frontera, Sevilla, en 1923, en el seno de la familia de Diego y Rosario. Salesiano desde el año 1942, en que emitió los primeros votos en San José del Valle, y sacerdote desde 1951, por la imposición de manos del obispo Juan Manuel González Arbeláez.
Su primer destino (1951-1957) como sacerdote fue Montilla, que le robó el corazón, y donde dejó para siempre marca su impronta de buen salesiano, y de hombre amable y cordial. De hecho, el 18 de mayo de 2005 fue nombrado por el ayuntamiento de la ciudad Hijo Adoptivo de Montilla. A esta ciudad volvió por segunda vez en 1979, donde permaneció hasta 2005, fecha en que fue destinado a la casa “María Auxiliadora”, de Córdoba, para salesianos mayores y enfermos.
Si el nombre de don Antonio Ferrete se asocia indeleblemente al de Montilla, también otras ciudades conocieron su bondad y buen hacer: Málaga, Úbeda, Guía (Gran Canaria), Pedro Abad, Córdoba, Ronda y Antequera. Entre las muchas labores que desempeñó en estos lugares (consejero, ecónomo, director, vicario, maestro y confesor, párroco), destacó su amor de predilección hacia la Familia salesiana, en particular los antiguos alumnos. Esta dedicación fue reconocida con la insignia de oro de la Confederación Nacional de exalumnos de Don Bosco, en 1992.
El ataúd con su cadáver ha quedado instalado esta tarde en la habitual capilla ardiente, cercana a las dependencias del Teologado y en la que a las 19.30 horas ha celebrado la misa de corpore insepulto presidida por el encargado de la comunidad Pedro Ricaldone.
Mañana jueves por la tarde serán trasladados los restos mortales, desde Sevilla a la ciudad de Montilla. A su llegada tendrá lugar una misa en la capilla ardiente. Al día siguiente, viernes, en la misma ciudad de Montilla, se procederá al funeral en la iglesia de María Auxiliadora, y al posterior sepelio en el panteón salesiano.
Descanse en paz.